A juzgar por las tres primeras fechas de round robin, cualquiera pudiera haber esperado una confrontación a batazos entre Caracas y Magallanes. Sin embargo, el guión fue alterado abruptamente y, en lugar de eso, los dos equipos más anotadores de la instancia semifinal, escenificaron una batalla en la que los brazos fueron los protagonistas.
José Sánchez, el caballo de la rotación de los Navegantes del Magallanes durante toda la ronda eliminatoria, volvió a demostrar que tiene la fórmula para domar los bates de los Leones del Caracas y más importante aun que está en condiciones de seguir ayudando a la galera a viajar a los próximos puertos señalados en su ruta de navegación.
“Hoy los pitcheos estaban cayendo bien. Estuve en la misma página con (Robinson) Chirinos, lo que él me pedía yo se lo tiraba. Cuando me metía en problemas no pensaba que había hombres en base”, señaló el as cabrialense.
Atrás quedó el fantasma del relevo que lanzó Sánchez en Valencia el martes (seis hits y cuatro carreras en 2.1 entradas), el pitcher que se presentó en el Universitario fue el mismo que acumuló efectividad de 1.80 en la ronda regular ante los Leones y la prueba es que en cuatro tramos limitó a los felinos a un imparable.
“Lo que pasó ante las Águilas quedó atrás. Yo me sentía bien, todos mis envíos estaban funcionando. El mánager me recordó que tenía tres días de descanso y no quiso arriesgarse a darme un inning más”, agregó acerca de la razón por la que pese a su claro dominio solo recorrió cuatro capítulos.
BULLPEN CUMPLIDOR
Tampoco hizo falta que el abridor fuera mucho más allá porque el relevo, insignia de los nautas a lo largo del campeonato, volvió a vivir una gran faena. Edward Mujíca tomó el testigo de su compañero y en dos innings, no permitió que ningún caraquista le pisara la primera y guillotinó a tres.
El único momento en el que el pitcheo de la galera parecía hacer aguas fue en el séptimo, cuando Víctor Moreno regaló boleto a Celestino López y acto seguido permitió un cohete de Raúl Padrón por el izquierdo. Gregorio Petit tocó la bola y Hernán Iribarren pegó sencillo al central, López anotó, pero Iván Ochoa, quien había entrado a correr por Padrón, fue sacado out en la goma. Rafael Cova entró a relevar y ponchó a Luis Maza, fin de la rebelión. Jean Machí salió para el noveno y terminó de ponerle candado al 3-1 definitivo.
Si bien los brazos filibusteros se llevaron el botín de la victoria, el pitcheo del Caracas no deslució. Gustavo Chacín aceptó 10 incogibles, es cierto, pero también lo es que se las ingenió para mantenerse en el morrito durante seis entradas y permitir un par de carreras.
“Estoy satisfecho con el trabajo de Chacín”, explicó el mánager del Caracas, Dave Hudgens. Los dos pecados que cometió Chacín ocurrieron en el cuarto y en el sexto. Un jonrón de Robinson Chirinos le dio la primera al Magallanes.
“Gracias a Dios salió ese jonrón en el momento que más lo necesitábamos. Él (Chacín) estaba tirándole una recta cortada a los derechos, así que fui con la mentalidad de esperar ese envío en el primer turno, y no me la tiró. Pero en el segundo sí me la lanzó y le pude dar bien”, señaló quien ha sido emblema ofensivo de los piratas.
La segunda rayita fue fabricada en el sexto y su autor fue Ronny Cedeño, pieza clave de los dos triunfos turcos en la semifinal. Con hombres en primera y segunda y par de outs en la pizarra, Cedeño ligó un batazo por el medio del campo con el que se trajo la segunda carrera de la nave. “Jugar en un Caracas-Magallanes no tiene comparación. Hay que tener una tremenda concentración. En todos mis turnos trato de batear con un buen conteo y tener paciencia, y eso fue lo que hice esta noche”, apuntó el porteño, quien se fue de 5-4 y batea .667 en el round robin.
Pablo Sandoval terminó de sentenciar el juego, con un largo estacazo por la comarca izquierda. Magallanes frenó el vertiginoso ritmo ganador del Caracas y extiende el yugo que tiene sobre los metropolitanos desde la ronda eliminatoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario